ENTENDIENDO LA TENDINOPATÍA DEL MANGUITO ROTADOR

La Tendinopatía del Manguito Rotador, también conocida o denominada como síndrome de pinzamiento, es una de las causas más frecuentes de dolor de hombro. Estas lesiones pueden llegar a generar altos niveles de discapacidad en el día a día de las personas si se cronifica. Hoy queremos explicarte la importancia de acudir a un profesional adecuado para evitar cirugías y dolores crónicos por causa de una tendinopatía en el manguito rotador.

Estas dolencias normalmente se asocian a un aumento de carga repentino o progresivo al que los tendones del hombro no han podido adaptarse, provocando un dolor con la elevación del hombro o al realizar fuerza contra resistencias. Las causas de esta afección también pueden relacionarse por los siguientes motivos:

  • Mantener el brazo en la misma posición durante períodos de tiempo largos, como al realizar trabajo de computadora o arreglo de cabello
  • Dormir sobre el mismo brazo todas las noches
  • Practicar deportes que requieren movimiento repetitivo del brazo por encima de la cabeza como el tenis, el béisbol (particularmente el lanzamiento), la natación y el levantamiento de pesas por encima de la cabeza
  • Trabajar con el brazo por encima de la cabeza durante muchas horas o días, como los pintores y los carpinteros
  • Mala postura durante muchos años
  • Envejecimiento
  • Desgarro en el manguito de los rotadores

Habitualmente se ha asociado el problema de las tendinopatías a cambios exclusivamente en el tendón, aunque se ha demostrado mediante estimulación magnética transcraneal que la representación cerebral de la musculatura del hombro se encuentra alterada en pacientes con tendinopatía crónica. Estas alteraciones cerebrales pueden explicar los cambios en la actividad muscular de la musculatura del hombro buscando una compensación o perpetuando el dolor. Por suerte, existen técnicas de fisioterapia para revertir estos cambios mediante el ejercicio físico, si bien en cualquier proceso de rehabilitación no debemos centrarnos sólo en la zona afecta si no en todas las estructuras próximas.

En la actualidad existe como posible tratamiento una artroscopia de hombro o mediante tratamiento con ejercicio, y para nuestra “sorpresa” social y culturalmente se ha valorado más el tratamiento quirúrgico. Sin embargo, debes saber que se han desarrollado ensayos clínicos con seguimiento a 10 años y se ha llegado a la conclusión de que no existe diferencia en el dolor y la funcionalidad entre someterse a cirugía y realizar un tratamiento con ejercicio específico. Es por ello que si quieres evitar pasar por quirófano (y el posterior proceso de rehabilitación) te recomendamos que te pongas en manos de un profesional para recuperar tu salud mediante el ejercicio.

En numerosas ocasiones, y siempre mediante comprobación científica, se ha demostrado que el Ejercicio es la mejor herramienta para su tratamiento. Para ello, se recomienda programas de ejercicio de al menos 12 semanas para obtener mejorías significativas. La evidencia científica opta por el uso de ejercicio de fuerza y el trabajo a repeticiones altas (más de 10 repeticiones), aunque los parámetros de los ejercicios dependerán del paciente, el tipo de lesión y en la fase en la que se encuentre.


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