EJERCICIO FÍSICO y CÁNCER 

 

Cada vez tenemos más evidencias científicas sobre la práctica regular de ejercicio físico y sus beneficios para la prevención de ciertos tipos de cáncer. Además, mover el cuerpo también ayuda a mejorar los efectos secundarios asociados a los tratamientos y a la enfermedad, así como a reducir las posibilidades de los pacientes de sufrir una recidiva o recaída. Veamos las palabras de profesionales que hablan sobre este tema, en un artículo publicado en La Vanguardia (1).

 

Según las palabras de la Doctora Begoña Mellado (Oncóloga y Consultora del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic) “se considera que aproximadamente la mitad de los cánceres podrían prevenirse evitando la exposición a ciertas sustancias en la dieta y en el ambiente, como el tabaco, el alcohol, los rayos ultravioleta…, y mejorando nuestra alimentación y estilo de vida”.

 

A su vez, la Doctora Odile Fernández explica que “actualmente sabemos que el ejercicio disminuye la inflamación crónica en los tejidos, y sabemos que uno de cada seis cánceres está relacionado con la inflamación crónica tisular”. 

 

Fernández continúa explicando: “También sabemos que el ejercicio estimula y fortalece el sistema inmune, y hace que las natural killers, los linfocitos que están en primera línea de defensa, sean más agresivas para eliminar virus, patógenos y células tumorales. La actividad física mejora también la resistencia a la sensibilidad a la insulina, lo que se relaciona con mayor riesgo de diabetes, obesidad y cáncer. Además, mejora la circulación sanguínea y la salud de nuestras mitocondrias, por lo que ayuda a eliminar radicales libres que pueden influir en nuestro riesgo de padecer cáncer”.

 

Pero, ¿cómo ayuda el ENTRENAMIENTO a combatir el cáncer?

 

Según la Doctora Begoña Mellado, “la actividad física y el ejercicio son beneficiosos en pacientes con cáncer antes, durante y al finalizar el tratamiento”. Asegura además que: «Dichos beneficios son múltiples: mantener la masa muscular y la fuerza muscular, mejorar la capacidad cardiovascular, mejorar el estado de ánimo, mantener la salud del hueso, tolerar mejor los tratamientos… El ejercicio mejora también un efecto muy frecuente en los pacientes con cáncer, como es la astenia o cansancio. Es un tipo de cansancio muy característico, que no mejora especialmente con el descanso, frente al que no hay tratamiento farmacológico y que puede tener un impacto negativo en su calidad de vida”

 

¿Qué tipo de ACTIVIDAD ESTÁ RECOMENDADA?

 

La Doctora Begoña Mellado advierte que todavía queda mucho por investigar al respecto, aunque recomienda practicar tanto ejercicio aeróbico como ejercicio de fuerza: “Es importante tener en consideración que hacer actividad física es mejor que llevar una vida sedentaria, que hacer ejercicio aeróbico tiene unos efectos beneficiosos claros, pero que el mayor beneficio se obtiene al combinar el ejercicio aeróbico con ejercicios de fuerza».

Cabe precisar que cuando hablan de ejercicios de fuerza puede tratarse de ejercicios muy suaves, que puedan ser accesibles a la gran mayoría de enfermos, o incluso pueden realizarse sentados.

En definitiva, se recomienda una vida sana y activa, evitando productos ultraprocesados en la alimentación, así como el alcohol y el tabaco. Según los numerosos estudios desarrollados hasta el momento queda de manifiesto la importancia de realizar ejercicio físico, más concretamente ejercicios de fuerza y cardio. La recomendación es clara, realizar estas pautas antes, durante y después de sufrir cáncer, pero siempre bajo las recomendaciones de un profesional de la actividad física. 

BIBLIOGRAFÍA

1: Carmona, Rocío (4 de febrero de 2021). Ejercicio físico, el gran aliado contra el cáncer (antes, durante y después). La Vanguardia. Recuperado de https://www.lavanguardia.com/vivo/lifestyle/20210204/6213484/ejercicio-cancer.html

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